Juego arriesgado en la escuela. Facilitar la percepción del riesgo y la competencia en niños pequeños.
El objetivo principal de este estudio experimental, el cual forma parte de un proyecto más amplio relacionado con la incorporación de actividades de juego arriesgado en la escuela llamado 'Riscki', es mejorar la competencia de riesgo dentro de la realidad de un contexto de clase en niños de entre tres y ocho años. Los investigadores partieron de la idea de que la competencia y percepción del riesgo en niños pequeños puede ser mejorada a través del aprendizaje del medio ambiente. El objetivo secundario fue desarrollar y evaluar instrumentos para probar la competencia de riesgo en niños pequeños.
Para ello, se escogieron cuatro clases: a dos de ellas se les introdujo un paquete intensivo de actividades de juego arriesgado durante un período de tres meses y a las otras dos clases no, las cuales sirvieron como control. Los alumnos de las clases experimentales dedicaron dos horas cada semana a la realización de estas actividades diferentes. Estas sesiones se hicieron tanto en su aula habitual con su profesor habitual como en el gimnasio con un profesor diferente. En las clases se presentaron actividades de todas las categorías que comprende el juego arriesgado según Sandseter (2007a, 2007b) exceptuando la de 'jugar cerca de elementos peligrosos'. Por tanto, los niños jugaron a juegos del resto de categorías, las cuales son: jugar en grandes alturas, jugar a la alta velocidad, jugar con herramientas dañinas, jugar bruscamente y jugar donde los niños pueden "desaparecer"/perderse.
Antes y después del período de intervención, se evaluaron aspectos cuantitativos y cualitativos de la competencia de riesgo en todos los niños mediante el 'Risk Perception Test', calificaciones de sus propios maestros a través del 'Cuestionario de Bonner' y calificaciones cualitativos de observadores independientes a través de la observación del comportamiento de los niños en diferentes actividades. Gracias a usar estas tres diferentes metodologías se pudo obtener medidas objetivas desde diferentes perspectivas.
Los resultados del estudio mostraron que 'la percepción y competencia del riesgo en niños pequeños pueden ser mejorados a través de ofertas intensivas de actividades de juego arriesgado en el colegio'. Además, estos resultados apoyaron que una intervención de corta duración en la escuela pueden mejorar las habilidades de competencia y la percepción del riesgo de los niños pequeños. En lo referente al cuestionario de Bonner, se debe destacar que los profesores indicaron que la mejora en la competencia de riesgo era debido a factores como la concentración, la sensibilidad al conflicto y la autoestima. Por otro lado, las calificaciones a través de la observación no lograron obtener resultados significativos ya que no todos los niños pudieron ser evaluados por falta de tiempo. De todas formas, este instrumento mostró que una evaluación global de la competencia de riesgo es posible con una buena educación y entrenamiento de los profesores involucrados, los cuales si están preparados serán capaces de detectar la competencia de riesgo en el juego y acompañar adecuadamente a los niños en este aspecto.
Concluyendo, se puede afirmar que la realización de actividades de juego arriesgado en niños pequeños, aunque sea en periodos intensivos cortos, es eficaz y promueve una mejora en la percepción y competencia del riesgo de dichos niños.
Link: https://www.tandfonline.com/doi/pdf/10.1080/1350293X.2015.1102412?casa_token=CqRK-oo4M7MAAAAA:K438AHwGOkYrUuanAS2w3rWC8S5NehZOc1Ispla1CC4xKIl1fpmgVWWfFhaLr5gcRRpWWK4lSjaO
El estudio que nos comenta el artículo demuestra que la realización de juegos arriesgados es beneficiosa y promueve una mejora en la percepción y competencia del riesgo de dichos niños.
ResponderEliminarEl artículo está bien escogido y el resumen nos da una idea de lo que se ha realizado con sus correspondientes conclusiones. Bien hecho!
ResponderEliminarEs muy importante que los niños puedan tener experiencias en las que el riesgo sea un componente principal, aunque sea en periodos cortos. De esta manera podemos fomentar en los más pequeños aspectos como el autoconocimiento, la gestión del riesgo o el pensamiento divergente por tal de ofrecer soluciones a situaciones complejas.
ResponderEliminarResulta interesante comprobar que los niños, no solo son más capaces de lo que pensamos de gestionar por ellos mismos el nivel de riesgo al que se exponen sino que, además, el simple hecho de exponerse a este tipo de situaciones incrementa tanto su competencia como su percepción respecto al mismo.
ResponderEliminarPersonalmente creo que es fundamental concienciar, tanto a padres como a docentes, sobre la importancia para el correcto desarrollo de los niños de la exposición a este tipo de situaciones. Al estar informados de sus beneficios, adoptarán una postura más favorable.